sábado, 6 de abril de 2024

Spanish Bar Banda, Osaka, Japón.

 











Umeda Sky Building, Osaka, Japón.

En Osaka tienes uno de los rascacielos más interesantes que hay en Japón, el Umeda Sky Building (梅田スカイビル). Este edificio de 173 metros de altura y 40 plantas fue construido en 1993 y tiene un fabuloso mirador al aire libre y hasta un callejón de aspecto tradicional con muchísimos restaurantes.

Es curioso cómo ha cambiado Osaka, porque cuando se construyó, el Umeda Sky Building era el más alto de Japón. Unos años después ya era únicamente el 13º edificio más alto de Osaka. Y en 2020, con el gran número de edificios nuevos construidos en Osaka, se situaba en el puesto 20.

El osito de peluche verde llamado Ted Hyber Fountain, realizado por el artista Fabrice Hybert en frente de la estación de Osaka, la estación de tren de la ciudad de Osaka, Japón.

El osito de peluche verde llamado Ted Hyber Fountain, realizado por el artista Fabrice Hybert en frente de la estación de Osaka, la estación de tren de la ciudad de Osaka, Japón.

El osito de peluche verde llamado Ted Hyber Fountain, realizado por el artista Fabrice Hybert en frente de la estación de Osaka, la estación de tren de la ciudad de Osaka, Japón.


El osito de peluche verde llamado Ted Hyber Fountain, realizado por el artista Fabrice Hybert en frente de la estación de Osaka, la estación de tren de la ciudad de Osaka, Japón.

El osito de peluche verde llamado Ted Hyber Fountain, realizado por el artista Fabrice Hybert en frente de la estación de Osaka, la estación de tren de la ciudad de Osaka, Japón.

El osito de peluche verde llamado Ted Hyber Fountain, realizado por el artista Fabrice Hybert en frente de la estación de Osaka, la estación de tren de la ciudad de Osaka, Japón.

El responsable de esta torre es el reconocido arquitecto japonés Hara Hiroshi, responsable asimismo de la futurista estación de Kioto o del Sapporo Dome, entre otros. Takenaka Corporation fue la empresa encargada de su construcción.

 Sand In Woman by REMA.

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Shin-Umeda City y el Umeda Sky Building

En 1993 se completó el desarrollo urbanístico Shin-Umeda City, que tiene al Umeda Sky Building como su núcleo principal. A su lado, encontramos el hotel The Westin Osaka, que tiene unas vistas espectaculares de este rascacielos si tienes la suerte de que la habitación tenga la orientación apropiada.



Justo al lado del hotel y a los pies del Umeda Sky Building encontramos un relajante jardín urbano con fuentes y pequeños caminos, además de que también hay varias tiendas.

El edificio en sí es bastante peculiar, y es una muestra fantástica de expresionismo estructural arquitectónico. Está formado por dos torres simétricas sobre las que se asienta una plataforma a 150 metros de altura, de 54×54 metros.

Esta plataforma no sólo cuenta con el Observatorio, del que te hablamos más adelante. Porque como suele ser habitual en Japón, este tipo de edificios cuenta con un buen número de restaurantes para que los visitantes aprovechen y se queden a comer o a cenar.

En este caso la zona de restaurantes la tienes en la parte baja de esta plataforma y recibe el nombre de Takimi Koji o, en inglés, lo verás como Takimi Lane of Restaurants. El callejón reproduce una calle tradicional de la ciudad de Osaka, aunque te hablamos de él más adelante. Para el que no lo sepa, Osaka tiene fama de ser una ciudad de comilones.

Como detalle curioso, las dos torres del Umeda Sky Building se construyeron a la vez mientras que la plataforma que las une se construyó aparte. Una vez completada, se izó por medio de grúas hasta situarla a la altura proyectada y luego se encajó entre las dos torres.





La fachada está cubierta de cristal, con la particularidad buscada por Hara de que reflejara la luz especialmente bien, para darle al edificio una apariencia diferente en cada momento.

De hecho, cuando cae la tarde en Osaka mirar hacia el Umeda Sky Building es espectacular. La idea es que esta fachada refleja tan bien el cielo de Osaka que las dos torres se confunden con el cielo. En esos momentos, parece que el Observatorio estuviera flotando en el aire, de ahí su nombre.

Kuchu Teien, el observatorio flotante

Sin duda alguna, uno de los atractivos más destacados del Umeda Sky Building para los turistas, tanto japoneses como extranjeros, es el mirador u observatorio que tiene en su cima. Este mirador recibe el nombre de Observatorio del Jardín Flotante, o Kuchu Teien (空中庭園) en japonés.


Eso sí, llegar no es gratis, ya que cuesta 1500 yenes la entrada. Está abierto desde las 10:00 hasta las 22:30 horas, siendo la última entrada a las 22:00 horas.

A la planta donde se encuentra el observatorio al aire libre llegas a través de unos ascensores de cristal. Luego tienes que subir por unas escaleras mecánicas que están dentro de unos tubos de cristal suspendidos que unen ambas torres del edificio.


Una vez arriba, las vistas que hay de Osaka son espectaculares y de 360 grados. Como suele ser habitual, lo mejor es visitarlo a media tarde, para poder ver Osaka con luz del sol y esperar hasta que comience el atardecer. De esta forma puedes ver una puesta de sol fabulosa y luego cómo la ciudad se ilumina poco a poco.











Aunque si tienes vértigo, existe un mirador interior, que quizás te dé más tranquilidad.



Osaka-Umeda Station.

El callejón de restaurantes Takimi Koji

Si quieres sentirte como en la era Taisho, es decir, como en el Japón de comienzos del siglo XX durante la visita al Umeda Sky Building, te recomendamos ir a tomar algo al callejón temático y gastronómico Takimi Koji (滝見小路). Como decíamos, está situado en el complejo Shin-Umeda City, en los bajos del Umeda Sky Building.

El callejón Takimi Koji (en inglés lo verás marcado como Takimi Lane of Restaurants) está muy bien decorado, con carteles y pósters de la era Taisho, juguetes de esa época (aunque también del Japón de la posguerra) y todo tipo de decoraciones y tipografías antiguas que dan un ambiente muy especial a toda la zona.

Entre la decoración del callejón puedes encontrar un antiguo buzón de Japan Post, un torii sintoísta que te lleva hasta el santuario, un coche de época y un jardín japonés.

El callejón está lleno de restaurantes y cafeterías de todo tipo donde puedes tomar algo sencillo o comer desde fideos soba o ramen hasta especialidades locales como kushikatsu u okonomiyaki, pasando por tempura, katsudon, sushi, shabu shabu, sukiyaki e incluso comida india.


 

 

Fuente: https://japonismo.com/ la mejor web informativa sobre Japón. ¡No dejes de visitarla!

viernes, 29 de marzo de 2024

Templo Todai-ji. Nara. Japón.

Historia del templo Tōdai-ji.

El temploTōdai-ji tiene sus orígenes en el templo Kinshōsan-ji, erigido en el año 728 para el reposo del espíritu del príncipe heredero Motoi, hijo del emperador Shōmu (que reinó del año 724 al 749). Después, en el año 741, mediante el edicto dictado para promover la edificación de templos budistas englobados bajo el nombre de Kokubun-ji (divididos en dos categorías, Kinkōmyō-ji y Hokke-ji) , este Kinshōsan-ji ascendió de categoría y se convirtió en el Yamato no kuni Kinkōmyō-ji, que es el precedente del templo actual.


En el año 743, cuando la capital se encontraba temporalmente en Shigaraki-no-miya (en la actual prefectura de Shiga), el emperador dictó el decreto de construcción de la gran estatua del Buda de Rushana (o Vairocana), que debía enclavarse en los terrenos del templo Yamato no kuni Kinkōmyō-ji y que se comenzó a erigir una vez que se restableció la capital en Heijō (Nara), finalizándose en el año 749. Paralelamente, se llevó a cabo la construcción del edificio destinado a albergar la colosal estatua y en el año 752 tuvo lugar la ceremonia oficial de su consagración, que marcó el inicio de la adoración al Gran Buda. Poco después, la Agencia para la construcción del Tōdai-ji desarrolló los trabajos de construcción de las pagodas del Este y del Oeste, del Salón de Estudios y de la Residencia de los monjes hasta completar el Tōdai-ji con la distribución habitual en siete pabellones propia de los templos budistas.


Debido a que el Tōdai-ji fue concebido como un templo del sistema Kokubun-ji, se convirtió en el emplazamiento donde realizar rituales de oración por la paz del país y la prosperidad del pueblo pero, al mismo tiempo, cumplía también la función de centro de estudios de los principios budistas y de lugar de formación de los nuevos monjes. Además, se habilitaron en sus dependencias centros de investigación para cada una de las seis principales ramas del budismo existentes durante el Período Nara y, con posterioridad, también para las variantes del Período Heian llamadas Tendai y Shingon, con lo que se convirtió en un templo donde se podían estudiar las ocho ramas del budismo.


En el año 855, ya dentro del Período Heian, se produjo un gran terremoto que causó la caída de la cabeza del Gran Buda. Pero, aunque esta fue restaurada por orden del Príncipe Takaoka, en los años siguientes el fuego o los rayos provocaron incendios que destruyeron el Salón de Estudios, la Residencia de los monjes o la Pagoda del Oeste y también se derribaron el Portón del Sur y el torreón de la campana. Además, a consecuencia del ataque a la ciudad por parte de Taira no Shigehira, en el año 1180 se produjo un terrible incendio que destruyó buena parte del complejo del templo, incluyendo el Pabellón donde estaba el Gran Buda. Sin embargo, al año siguiente, comenzaron las labores de restauración a cargo del monje Chōgen (1121-1206) y en 1185 se llevó a cabo la ceremonia de consagración del Gran Buda bajo las directrices del emperador emérito Go-Shirakawa. Al año siguiente, la provincia de Suō (parte de la actual Prefectura de Yamaguchi) fue encargada de proveer fondos para la reconstrucción total del Tōdai-ji, con lo que se aceleraron los trabajos y en 1195 se completó la Sala del Gran Buda. De esta manera, gracias a la reconstrucción del templo, se reactivó su función, largo tiempo estancada, como centro de estudios religiosos y así durante el Período Kamakura (1185-1333) el templo formó a numerosos monjes.


Sin embargo, en 1567, con ocasión de las luchas entre los clanes Miyoshi y Matsunaga, el complejo del templo quedó reducido a cenizas, con excepción del Nigatsu-dō, el Hokke-dō, el Portón del Sur, la puerta Tegai-mon, el Shōsō-in y el torreón de la campana. Debido a que se trataba del Período de guerras entre estados, la restauración del Tōdai-ji resultaba extremadamente difícil y sólo se pudieron realizar trabajos de reparación sencillos, cubriendo la cabeza del Gran Buda con una plancha de cobre. Por fin, una vez entrado ya el Período Edo, el monje Kōkei (1648-1705) formalizó ante el gobierno del shogunato una petición para recaudar donativos a todo lo largo del país y recabar la ayuda de los señores feudales a fin de proceder a la reconstrucción. Gracias a ello, en 1692 se realizó la nueva ceremonia de consagración del Gran Buda y en 1709 tuvo logar la Ceremonia de inauguración del Pabellón del Gran Buda. A continuación, se continuó con la labor de recaudar donativos a fin de poder reconstruir el resto de las instalaciones perdidas.


Con la llegada de la Era Meiji que arrancó en 1868, se dictaron los edictos que separaban el budismo del sintoísmo y aprobaban la confiscación de propiedades religiosas de ambos credos que quedaran fuera del recinto de los templos, lo cual amenazó la continuidad del Tōdai-ji, que se vio empujado a realizar varias maniobras para subsistir. Aun así, el templo consiguió a principios del siglo XX realizar reformas de calado en el Pabellón del Gran Buda y se esforzó por conservar el resto de sus instalaciones, tal y como pueden verse hoy día. El Tōdai-ji conserva hoy en día una gran cantidad de valiosos restos culturales que atestiguan su Historia pero además pueden considerarse como un tesoro cultural varios de los ritos budistas tradicionales que ha conservado, como el Shuni-e que se practica en el Nigatsu-dō. Todos los años acuden a este templo infinidad de personas tanto desde todos los rincones de Japón como desde el extranjero, para visitarlo, rezar y presentar sus respetos.

Siglo VIII.

Las preciadas reliquias del emperador Shōmu que se conservan en el Shōsō-in (Pabellón de los tesoros del templo Tōdai-ji), dan fe del esplendor conocido durante el Período Nara (que abarcó casi todo el s. VIII d.C.). Sin embargo, por lo que respecta a la situación política y social bajo el reinado de los correspondientes emperadores, no puede decirse que fueran unos años tranquilos. Las luchas por el poder, simbolizadas por el llamado incidente de Nagaya, la propagación de enfermedades como la viruela (que segó incluso la vida de los hermanos de la emperatriz Kōmyō) o la revuelta de Fujiwara no Hirotsugu en Kyushu, provocaron un período de diez años lleno de constantes cambios bruscos e incidencias. Probablemente todo esto indujo a pensar al emperador Shōmu que sólo el credo budista podía traer la paz, garantizando la estabilidad del gobierno y la felicidad del pueblo, lo cual le llevó a intensificar todavía más su fe.

A partir de la rebelión encabezada por Fujiwara no Hirotsugu (año 740), el emperador se ausentó en varias ocasiones de Nara, cambiando la capital a otros lugares. En el año 741, en su residencia de Kuni-kyo dictó el decreto de construcción de templos budistas bajo el sistema conocido como Kokubun-ji. En el año 743, cuando residía en Shigaraki-no-miya, dictó el decreto de construcción de la gran estatua del Buda de Rushana (Vairocana). El sistema de templos Kokubun-ji establecía el propósito de rezar por la paz del país y la prosperidad de la gente tanto a nivel nacional como de cada provincia en particular. Sin embargo, dos años más tarde, con este edicto que decretaba la construcción del Gran Buda, claramente se iba más allá de este objetivo. Cuando el emperador decía que “los beneficios de la paz pueden alcanzar a todos los seres del cielo y la tierra, incluso animales y plantas y por un tiempo duradero”, hacía una clara referencia a los mundos perfectamente armoniosos de los que habla el sutra Avatamsaka, donde no existen los obstáculos.

Así, en año 749, el emperador dejó claro que había encontrado que el sutra Avatamsaka era el texto más importante de la doctrina budista.

En el año 745, tras volver a asentar el gobierno en Heijō (Nara), comenzó la construcción de la estatua del Gran Buda Vairocana en los terrenos del templo Kinshō-ji, que fue el predecesor del actual templo Tōdai-ji. La colosal imagen de bronce fue realizada en ocho fases y llevó más de tres años, hasta que se vio completada en el 749. El Pabellón del Gran Buda se finalizó en el 751 y en el cuarto mes del 752 tuvo lugar la gran ceremonia de consagración de la imagen.

Esta inmensa labor pudo fructificar gracias a los esfuerzos de un gran número de personas, destacando la labor de Rōben (689-773), el primer prior del templo, y del monje Gyōki (668-749), que consiguió canalizar los esfuerzos del pueblo a través de un sistema de donativos.

Siglos XII al XIV.

En los primeros tiempos del Período Heian aparecieron unas grietas en la espalda del Gran Buda, así que se erigió un montículo de tierra detrás suyo para evitar que se desmoronase. En el año 855 se cayó la cabeza de la estatua a consecuencia de un terremoto y tuvo que ser reparada.

El Pabellón del Gran Buda así como otras muchas dependencias del complejo del templo Tōdai-ji tuvieron que ser reparadas numerosas veces debido a incendios u otros desastres naturales. De cara a obtener los fondos necesarios para estas actividades, así como los necesarios para impulsar el estudio de la doctrina budista, el Tōdai-ji consiguió aprovechar el sistema vigente para administrar una serie de territorios a lo largo del país. Sin embargo, a finales del Período Heian esta cuestión de los territorios administrados se convirtió en un fuerte motivo de fricción entre el templo y el poderoso clan de los Taira, y en el año 1180 las fuerzas de Taira no Shigehira prendieron fuego al templo, reduciéndolo en su mayor parte a cenizas.

La figura responsable de la mayor parte de la reconstrucción del templo fue el monje Chōgen. Desde que en 1181 fue nombrado Jefe de recaudación de donativos a la edad de 61 años, Chōgen pasó cerca de veinte años dedicado a restaurar el templo, recibiendo apoyo financiero por parte del emperador emérito Go-Shirakawa y del Shōgun, Minamoto no Yoritomo, entre otros.

Chōgen comenzó por la reparación de la cabeza y la mano izquierda del Gran Buda, para lo cual contó con la ayuda de Chen He Qing, un herrero de la China de los Song, y la imagen completa volvió a ser consagrada en el 1185. Acto seguido, dirigió su atención a la reconstrucción del Pabellón del Gran Buda. Al principio Chōgen tuvo dificultades para obtener suficiente madera pero, una vez que el gobierno proveyó al templo con tierras en la provincia de Suō (parte de la actual Prefectura de Yamaguchi), los trabajos progresaron a gran velocidad. La ceremonia para festejar la finalización del Pabellón tuvo lugar en el 1195. En los años siguientes se fueron completando el resto de las dependencias del recinto del complejo budista y de esta manera, el templo conoció una gran prosperidad.

Siglos XVII a XVIII.

Una vez que, a mediados del siglo XIV, comienza el Período Muromachi, de pronto el templo Tōdai-ji pierde a gran ritmo la vitalidad de tiempos pasados. El punto culminante de este declive llega con el incendio del templo en el año 1567 de resultas del enfrentamiento entre el ejército del clan Miyoshi y el del Matsunaga. En aquel incendio se perdieron el Pabellón del Gran Buda, el Pabellón de las Ordenaciones y otros varios edificios. El Gran Buda sufrió las inclemencias del viento y la lluvia durante casi cien años. Fue el monje Kōkei quien resolvió reconstruir el Pabellón del Gran Buda después de asistir a tan lastimosa visión.

En 1686, tras obtener el permiso del shogunato, comenzaron los trabajos para reensamblar la cabeza de la estatua y dieciocho de los pétalos del loto de su pedestal, finalizando con una nueva consagración de la imagen en el 1692. Paralelamente, iban avanzando los trabajos del Pabellón del Gran Buda, pero las condiciones financieras de la época no permitieron que la nueva estructura alcanzase la escala de las versiones construidas en los períodos Nara o Kamakura. El Pabellón actual es una reconstrucción cuyo ancho de Este a Oeste viene a ser más o menos un sesenta por ciento del original y fue inaugurado con grandes fastos en el año 1709.

Siglo XIX en adelante.

Esta enorme estructura de madera, la mayor del mundo, llegó sin ulteriores destrucciones hasta los tiempos modernos, pero lo hizo con el edificio en un estado muy precario, que apenas le permitía mantenerse en pie. En el año 1906 comenzó una restauración a gran escala utilizando técnicas modernas y en algunos puntos también vigas de acero. Se desmanteló la estructura y su reedificación no se terminó hasta el año 1912.

Aun así, parece que hubo algunas dificultades en los trabajos de su techumbre, produciéndose goteras en los pabellones cuando llovía. Entonces, en 1973 tuvo lugar otra restauración de gran envergadura que se prolongó durante siete años, que culminaron con una nnueva ceremonia en 1980 para festejar el fin de los trabajos.

Pabellón del Gran Buda. (Daibutsu-den).

Tesoro Nacional, Siglo XVII










El Pabellón del Gran Buda es el pabellón principal (kondō) del Tōdai-ji. Desde que fuera levantado por primera vez en el Período Nara, fue destruido en dos ocasiones por el fuego de los conflictos militares, en 1180 y en 1567. La estructura actual, que data del Período Edo, es una reconstrucción debida al monje Kōkei. Sin embargo, aunque el Pabellón original y el reconstruido en 1195 eran de igual tamaño (unos 88 metros de anchura), la estructura actual se vio reducida a unos 57 metros de anchura debido a que no se pudieron reunir fondos suficientes. Aun así, su altura y su longitud de fondo sí conservan el tamaño original, por lo que es la mayor construcción de madera del mundo.

Dimensiones: Anchura 57,012m; Longitud 50,480m; Altura 48,742m

Buda Vairocana (Daibutsu)

Tesoro Nacional, Siglo VIII















El nombre correcto del Daibutsu es Buda Vairocana, el Buda cuya luz de conocimiento y compasión es tan brillante que ilumina por doquier. Śākyamuni, el primer hombre que alcanzó la categoría de Buda, nació en la ciudad india de Kapilavastu hacia el año 580 a.C. y a los veintinueve años de edad abandonó el palacio familiar, convirtiéndose en un mendigo errante. Tras pasar seis años de penurias y austeridad para formarse, un día experimentó una revelación religiosa de profunda trascendencia cuando se hallaba bajo un gran tilo junto a la ribera del río Nairanjana. El sutra Avatamsaka (o Kegon-kyō) describe el momento en que Śākyamuni alcanza la iluminación espiritual y con ello su consecución de la condición de Buda, que trasciende el tiempo y el espacio. Este sutra describe el mundo de Vairocana como algo magnífico, virtuoso e inmenso, y embellece sus explicaciones con las flores de alguno de los logros de los bodhisattvas (aquellos que llevan camino de convertirse en budas). Según el texto, el canto de los pájaros, el color de las flores, el fluir del agua o la forma de las nubes, son parte de las enseñanzas de Vairocana para la salvación de todos los seres vivos.

En los pétalos del loto que forma el pedestal del Gran Buda están grabados unos dibujos conocidos por el nombre de El mundo que atesora el loto (Rengezō sekai), y que representan el “mundo de la iluminación” descrito en el sutra antedicho. A través de sus hermosos diseños se expresa la noción de que cada uno de nosotros no constituye una existencia aislada, sino que todos los seres y fenómenos están estrecha e ilimitadamente interrelacionados y todo el conjunto se halla envuelto en la luz de la sabiduría de Vairocana.

Dimensiones: Altura de la estatua, 14,98m; Altura del pedestal, 3,05m

Lámpara octagonal.

Tesoro Nacional, Siglo VIII.

Fuente: Página oficial.

La Lámpara octagonal que se yergue frente al Pabellón del Gran Buda data de los tiempos de la fundación del Tōdai-ji. Se compone de seis piezas, pero la más distintiva de todas ellas es su amplia recámara para el fuego, recubierta de un tejado de suave pendiente coronado por un adorno similar a una joya. La lámpara se asienta sobre una base de piedra situada sobre un poste también de piedra que brota de un pedestal en forma de loto. Los ocho paneles metálicos de la recámara del fuego tienen un diseño de fondo similar a un enrejado de rombos. Los cuatro paneles fijos están decorados con imágenes de sendos músicos celestiales, mientras que los cuatro paneles que se abren tienen como decoración unos leones envueltos en nubes. En especial, el diseño de los músicos celestiales arroja un resultado maravilloso, con las figuras en unas poses gráciles y las proporciones entre sus cuerpos y sus miembros están muy bien equilibradas, con esos brazos que parecen vivos mientras sostienen los instrumentos y hasta con los pliegues en la vestimenta producidos por el viento. Por otra parte, el pilar de piedra que sostiene la estructura tiene grabado un texto sobre los méritos de encender una lámpara como ofrenda a Buda.

Hokke-dō. (Sangatsu-dō).

Tesoro Nacional, Siglo VIII.


El Hokke-dō es la estructura más antigua del Tōdai-ji, y se dice que fue construida entre los años 740 y 747. Debido a que la imagen principal que alberga es una estatua de Fukū Kensaku Kannon, antiguamente el Pabellón era conocido como Kensaku-dō, pero desde que surgió la costumbre de realizar ahí la ceremonia del Hokke-e (Lectura del sutra del loto) en el tercer mes del año, pasó a ser conocido como Hokke-dō (Pabellón del loto). El Pabellón se divide en dos partes, donde la trasera se conoce como la Sala de las Imágenes (Shōdō), y la delantera por Sala del Culto (Raidō). Originalmente se trataba de dos edificios independientes construidos en paralelo, pero la Sala del Culto actual es una reconstrucción de 1199 a cargo de Chōgen que está conectada con la Sala de las Imágenes. El Hokke-dō era un elemento importante dentro del complejo original del Kinshōsan-ji, el predecesor del Tōdai-ji y se dice que fue aquí donde tuvo lugar por primera vez en Japón la lectura del sutra Avatamsaka. Las estatuas que reposan en su interior nos retrotraen al esplendor del Período Nara.

Las estatuas budistas del Hokke-dō

En un espacio tan reducido como el del Hokke-dō se reunen diez estatuas que datan del Período Nara, todas ellas reconocidas como Tesoros Nacionales, destacando la figura principal de adoración, Fukū Kensaku Kannon. La atmósfera creada por este conjunto de imágenes invita al espectador a sumergirse en el solemne “mundo de los Budas”. Estas figuras tan imponentes condensan la esencia del concepto artístico de escultura propio de la era Tenpyō (729-749 d.C.) en que se realizaron: Fukū Kensaku Kannon, que accedió a salvar a todo aquel sufre ya suponga el esfuerzo que suponga; los dos ominosos Kongō Rikishi con sus expresiones de furia y sus cabellos en punta; los Cuatro Reyes Divinos, con sus expresiones diversas, protegiendo cada uno a su manera el mundo de Buda; o también la imagen secreta de Shukongōjin (Vajrapāṇi Yakṣa, que se exhibe de manera especial el 16 de diciembre), que empuña un vajra y protege a la gente de los enemigos de Buda. Los colores de esta última figura se conservan tan vívidos como cuando fue hecha. Antiguamente, a ambos flancos de Kensaku Kannon había dos estatuas, supuestamente las de los bodhisattvas Nikkō y Gakkō. Hoy día, con objeto de protegerlas de los terremotos, estas dos estatuas, junto con las de Kichijōten y Benzaiten, han sido trasladadas al Museo Tōdai-ji.

Durante los trabajos de restauración de alguna de las esculturas y del altar del Hokke-dō, que tuvo lugar entre los años 2010 y 2013, se produjeron nuevos descubrimientos. Entre los más importantes, destaca el hallazgo bajo el nivel inferior del doble pedestal octagonal de la estatua de Kensaku Kannon de trazos de otros pedestales octagonales, armaritos y una tablilla con sutras (véase fotografía). Los especialistas creen que en los tiempos en que fue erigido el Pabellón por primera vez, las siete figuras de arcilla —las de Nikkō y Gakkō (probablemente concebidos como Bonten y Taishakuten), los Cuatro Reyes Divinos que ahora están en el Kaidan-in, y Shukongōjin— estaban emplazadas en el nivel inferior del doble pedestal octagonal. También se cree que las ocho grandes estatuas de Bonten, Taishakuten, los Cuatro Reyes Divinos, y los dos Kongō Rikishi fueron alojadas en el Hokke-dō después de que las figuritas anteriores hubieran sido emplazadas.

Senju-dō (en el Kaidan-in).

Siglo XVII.

Fuente: Página oficial.

Dentro del mismo recinto del Kaidan-in, situado frente al pabellón Kaidan-dō por su lado Oeste, se alza el pabellón Senju-dō, edificado en 1605 y en su interior, colocada sobre el altar, hay una estatua de Senju Kannon, la “Kannon de los mil brazos” dentro de un receptáculo con puertas. Se cree que esta bella imagen, con su bien proporcionados rostro y cuerpo, fue creada al final del Período Kamakura, y está toda recubierta con pintura de oro. El interior de los cuatro laterales del receptáculo donde se aloja está decorado con minuciosos dibujos. En las puertas frontales están dibujados los Veintiocho Protectores Divinos, así como los dioses del viento y el trueno, y en la pared posterior está dibujado con gran detalle el paisaje del Monte Potalaka, la Tierra Pura de Kannon. (No se permiten visitas).

Museo del Tōdai-ji.

Desde su fundación en el siglo VIII, el Tōdai-ji ha sufrido a causa de numerosos desastres naturales o incendios consecuencia de las guerras. Cada vez que los pabellones del templo han sido reconstruidos a lo largo de sus más de doce siglos de Historia, se han tomado también medidas para preservar sus estatuas, pinturas, piezas decorativas, sutras y otros documentos religiosos o históricos.

El Museo Tōdai-ji abrió sus puertas en Octubre de 2011 concebido como un lugar seguro donde almacenar y exhibir estos tesoros del templo. De cara a proteger las obras especialmente vulnerables al fuego y a los terremotos, tales como las esculturas de barro, todas las salas de exposición y los almacenes han sido equipados con sistemas de aislamiento sísmico.

El Museo cuenta con cinco salas de exposición. Destaca en particular la segunda de ellas, que ha sido diseñada de manera que reproduzca el santuario interior del Hokkedō para que, inmerso en dicha atmósfera, el visitante pueda admirar las imágenes consagradas en el recinto. En ocasiones, también se llevan a cabo en el Museo exposiciones específicas de carácter temático.

Nandai-mon. (Portón del Sur).

Tesoro Nacional, Siglo XII.

El Portón del Sur es la Puerta principal del Tōdai-ji. EL Portón original, erigido durante el Período Nara, fue derribado por un tifón en el Período Heian. La construcción actual, que data del Período Kamakura (finales del siglo XII), fue edificada en el llamado “Estilo Daibutsu” según una idea del monje Chōgen, responsable de la restauración del Tōdai-ji, para la cual se basó en algunos modelos de la China de los Song y es un valioso testimonio de un estilo ya desaparecido. En el 1199 se terminó el armazón básico y la estructura quedó completada en el 1203 junto con los dos Ni-ō, las estatuas de las deidades guardianas alojadas a cada lado de la puerta. El Portón está construido con un estilo de tejado doble superpuesto, aunque el inferior carece de techo, y una estructura en cinco bloques que deja tres espacios en la parte central para las puertas, que son dobles. Los dieciocho grandes pilares cilíndricos que llegan hasta el revés del tejado alcanzan los 21 metros de altura y el Portón en su totalidad se alza 25,46 metros sobre la base de piedra en que descansa. El Portón del Sur es la mayor entrada a un templo que existe en Japón, en consonancia con el Pabellón del Gran Buda.

Kongō Rikishi.

Tesoro Nacional, Siglo XIII.

Fuente: Página oficial.

Es el nombre de los dos musculosos guardianes del Portón del Sur, conocidos popularmente como los “Ni-ō (los reyes protectores) del Tōdai-ji”, y que son unas enormes estatuas cuyo tallado, según cuentan, se completó en el año 1203 en apenas sesenta y nueve días bajo la dirección de maestros escultores de figuras budistas como Unkei y Kaikei. Ambas estatuas tienen unos 8,4 metros de altura.

En 1180, durante la guerra entre los clanes Taira y Minamoto, las fuerzas de Taira no Shigehira incendiaron buena parte de los templos de Nara, incluyendo el Tōdai-ji, por lo que una vez finalizado el conflicto, el monje Chōgen pidió ayuda al vencedor, Minamoto no Yoritomo, y a la Corte imperial, para la reconstrucción del Tōdai-ji. Dentro de estos trabajos de reconstrucción, el Portón del Sur fue relegado prácticamente al ultimo lugar, y el monje Chōgen se implicó personalmente en la petición de tallar estos dos Kongō Rikishi para que fueran instalados a cada lado de la estructura. Dado que desde que fueran emplazados apenas conocieron reparación alguna y se encontraban en muy mal estado, en 1988 se llevó a cabo una labor de restauración que se prolongó durante cinco años. Durante estos trabajos se descubrieron cierto número de documentos y sutras (textos sagrados) en el interior de las estatuas. De estos, uno de particular importancia era una copia del Hōkyōin darani-kyō, donde constaban los nombres de Chōgen y de los escultores que trabajaron en el proyecto. Gracias a esta serie de documentos ha podido determinarse que el trabajo de las estatuas comenzó el día 24 del séptimo mes de 1203 y que fue un trabajo conjunto de los escultores Unkei, Kaikei, Jōkaku y el hijo mayor de Unkei, Tankei. La estatua que tiene la boca abierta fue instalada por primera vez en el Portón el día 7 del octavo mes y en el día siguiente se redactó una copia del Hōkyōin darani-kyō en el lateral Este del Portón, que luego fue colocada en el interior del pecho de la estatua que tiene la boca cerrada. Debido a esto, ha podido concluirse que los trabajos de fabricación de ambas estatuas se desarrollaron de forma paralela y, según otros documentos hallados, se ha podido comprobar también que, tal y como aseguraban los registros, la madera utilizada para las imágenes fue traída de la región que hoy forma parte de la Prefectura de Yamaguchi.

Todaiji Chumon.




Es una puerta de la torre al Daibutsuden Hall, donde se encuentra la estatua de Buda más grande. Se cree que esta puerta de la torre se construyó en 1716, durante el período Edo.

Nigatsu-dō.

Tesoro Nacional, Siglo XVII.










El nombre de este pabellón, Nigatsu-dō, significa Pabellón del segundo mes y se debe al hecho de que en él se celebra la ceremonia del Shuni-e en el segundo mes del calendario lunar. Se cree que la estructura original con que se construyó este edificio en el siglo VIII fue una idea del monje Jitchū, el principal discípulo de Rōben, pero por desgracia en 1667, en medio de una de estas ceremonias del Shuni-e dentro del pabellón, se desencadenó un incendio que lo destruyó. El edificio actual es una reconstrucción de 1669 que, debido al aumento de asistentes al Shuni-e, tiene un tamaño mayor que el original. Debido a sus buenas propiedades acústicas y a la distribución de sus salas, es un pabellón ideal para este tipo de ceremonias.




 
Restaurante Todaiji Emado Chaya. Fuente: Google Maps.

Restaurante Todaiji Emado Chaya.


Restaurante Todaiji Emado Chaya.

 

Shigatsu-dō (Sanmai-dō).

Propiedad Cultural Significativa.

Fuente: Página oficial.

Debido a que antiguamente en el cuarto mes del calendario lunar (Shigatsu) tenían lugar aquí las celebraciones del Hokke Sanmai-e, basadas en el sutra del Hokke (Avatamsaka), el pabellón pasó a conocerse con el nombre de Shigatsu-dō. Antiguamente recibía también los nombres de Fugen-dō o Fugensanmai-dō, debido a que Fugen Bosatsu era la principal figura de adoración y en el interior del pabellón todavía hoy se aloja una estatua de pequeño tamaño de Fugen Bosatsu a lomos de un elefante. La imagen muestra a Fugen sobre un elefante blanco apareciéndose ante los fieles seguidores del sutra Avatamsaka y nos recuerda los orígenes de este pabellón.

Se conserva un registro según el cual se construyó en el año 1021, pero otra teoría defiende que fue en el 1067. Se sabe por el examen del revés de sus tablones que la estructura actual dividida en tres secciones y con tejado doble es de 1681, pero el material usado en no pocos lugares es una madera más antigua, correspondiente al Período Kamakura. El edificio ha sido designado como Propiedad Cultural Significativa. En su interior se alojan algunas efigies budistas del Período Heian, como la Kannon de los once rostros y Amida Nyorai (ambas designadas como Propiedad Cultural Significativa).

Kaisan-dō (Pabellón de la Fundación).

Tesoro Nacional, Siglo XI.

Fuente: Página oficial.

El Pabellón de la Fundación está dedicado a Rōben, el primer prior en jefe del Tōdai-ji, quien, junto con el emperador Shōmu y el monje Gyōki jugó un importante papel en la fundación del templo. En el interior del edificio, situado en la parte central, hay un armario octagonal con puertas en el que está alojada una figura sedente de dicho monje, obra calificada de Tesoro Nacional. Puesto que en el año 1019 tuvo lugar el primer servicio religioso en memoria de Rōben, 246 años después de su muerte, parece bastante probable que tanto el Pabellón como la figura daten de esa época. Esta obra maestra de la escultura transmite una gran vitalidad, tanto en la totalidad de su cuerpo como en su rostro. (Se exhibe al público con carácter especial el 16 de diciembre).

Fudō-dō.

Siglo XVII.

Fuente: Página oficial.

Pabellón con tejado de aguilón cuadrado y que data de primeros del siglo XVII. Aun cuando se trata de una fecha muy posterior a la construcción del pabellón, se ha comprobado que cierto número de tejas tienen marcados signos que indican fabricación del año 1722. Al parecer, el edificio original se hallaba en el templo Kōfuku-ji en calidad de lugar de rezo por los monjes zen fallecidos, pero después fue trasladado al lado sur del Pabellón Hokke-dō del Tōdai-ji. Más adelante, en 1950, se vio trasladado de nuevo hasta el emplazamiento actual. En 1979 sufrió grandes desperfectos por la caída de un gran árbol provocada por un tifón, pero al poco tiempo fue reparado y en enero de 1982 tuvo lugar la ceremonia de reapertura. En el interior de este pabellón se halla un altar para ofrendas que se incineran (rito de “homa”) y además las estatuas de los Cinco Grandes Myō-ō. Los ritos de ofrendas en este altar suelen tener lugar los días 10, 18 y 28 de cada mes.

Shunjō-dō.

Siglo XVII.

Este edificio, que presenta un tejado de aguilón, se construyó en el lugar donde Chōgen había hecho erigir el Pabellón Jōdo-dō, que ardió en el incendio del año 1567. A finales del siglo XVII, Kōkei hizo construir el presente pabellón para conmemorar los grandes logros de Chōgen y como lugar donde ofrecer servicios religiosos en su recuerdo. Debido a ello, la estatua sedente de Chōgen (Tesoro Nacional) fue trasladada a este pabellón y se convirtió en su imagen principal. Aunque la autoría de esta imagen ha venido siendo atribuida a Kaikei, en realidad no hay certeza de ello. En cambio, en este Pabellón se aloja también una estatua erguida de Amida Nyorai (Propiedad Cultural significativa) que sí es con seguridad obra de Kaikei, junto a otra sedente de Aizen Myō-ō (Propiedad Cultural significativa) perteneciente al Período Heian.

Gyōki-dō. (Pabellón de Gyōki).

Siglo XVII.


Edificio sencillo, de primeros del siglo XVII, con un solo cuerpo y tejado coronado por un adorno budista. Cierto texto afirma que Nakai Masakiyo, famoso arquitecto del Período Edo, estuvo implicado en su remodelación. Inicialmente era una construcción de nombre Shunjo-dō, destinada al recuerdo del monje Chōgen, pero cuando, con ocasión del 500 aniversario del fallecimiento de este el monje Kōkei mandó trasladar su estatua sedente al nuevo Shunjō-dō, por lo que este otro pabellón pasó a ser denominado Gyōki-dō, en recuerdo del monje del mismo nombre. La estatua sedente de Gyōki que se encuentra en este pabellón es una reproducción de la original (siglo XIII) que hay en el templo Chikurin-ji de la ciudad de Ikoma, donde se encuentra la tumba de este monje. Gyōki es uno de los “cuatro santos” del templo Tōdai-ji, que realizó un gran esfuerzo en la recaudación de donativos para la construcción de la estatua del Gran Buda durante el Período Nara. Los otros tres “santos” del templo son el emperador Shōmu, el erudito indio Bodhisena (que acudió a Japón desde China) y el monje Rōben y todos ellos, transformados en bodhisattvas sagrados de diversas categorías son objeto de adoración en el Tōdai-ji.

Mizukojizoson.

Nembutsu-dō.

Propiedad Cultural significativa, Siglo XIII.


El Pabellón Nembutsu-dō, situado al Este del Torreón de la campana, data del Período Kamakura, aunque se dice que el tejado dividido en dos estratos es una modificación introducida a finales del siglo XVII. En su interior se aloja la estatua de un Jizō atribuida al escultor especializado Kōsei, declarada Propiedad Cultural Significativa y que data del año 1237.

Torreón de la campana.

Tesoro Nacional, Siglo XIII.


El Torreón de la campana, que se recorta imponente contra el firmamento, fue reconstruido entre los años 1207 y 1210 bajo la supervisión de Yōsai (1141-1215), monje de la rama zen que se convirtió en jefe de recaudación de donativos siguiendo los pasos dados por el monje Chōgen, la figura que hizo los mayores esfuerzos por la reconstrucción del templo a comienzos del Período Kamakura. Su elegante estructura combina algunos aspectos del estilo de arquitectura zen con el llamado “Estilo Daibutsu”. La campana, que pesa 26,3 toneladas, data de los tiempos de la fundación del Tōdai-ji y su tañido es famoso por prolongarse durante mucho tiempo. Se le ha dado el apodo de “Nara Tarō” y es una de las tres campanas más famosas de todo el Japón.

Ōyuya. (Gran casa de baños).

Propiedad Cultural significativa, Siglo XIII.

Fuente: Página oficial.

Si se baja por el corredor techado que arranca del lado Norte del Nigatsu-dō en dirección Oeste y se continua cruzando entre el Comedor y la Sala de Reclusión (ambos declarados Propiedad Cultural Significativa) se llega a un camino salpicado de templos menores, que constituye la ruta posterior de entrada al Nigatsu-dō. Si uno continua un poco más, al lado izquierdo, más allá de unos arrozales, se puede ver una edificación que en su cara delantera presenta un tejado doble y en la trasera uno simple. Se trata de la Gran casa de baños, que mandó edificar el monje Chōgen. El edificio se alarga de Este a Oeste y su interior se divide en tres secciones, donde la frontal es una antecámara, la central es donde está el baño de gran tamaño y la posterior tiene suelo de tierra y es donde está el horno que calienta el agua. La bañera que hay en la sección central tiene forma de barca y está fabricada con hierro (Propiedad Cultural Significativa), según el encargo que hizo Chōgen en 1197 a un herrero llamado Kusakabe Koresuke. Se trata de una construcción de gran valor ya que nos transmite el aspecto de las casas de baños del período medieval. (No se permiten visitas).

Sashizu-dō.

Siglo XIX.

En 1180, como consecuencia del fuego provocado por las fuerzas de Taira no Shigehira, se perdieron numeros edificios del complejo, empezando por el Pabellón del Gran Buda. El encargado de la subsiguiente reconstrucción fue el monje Chōgen (1121-1206, y se dice que en el año 1190 invitó al monje Hōnen (1133-1212), al que ya conocía de antes, a acudir a ese Tōdai-ji que se hallaba en mitad de su proceso de reconstrucción para que realizase una disertación sobre los tres libros de sutras acerca del Budismo de la Tierra Pura (Jōdo) ante un retrato del maestro Shandao (en japonés, Zendō) que Chōgen había traído de China. Se cree que a partir de este episodio el excelso monje Hōnen profundizó en la creencia del senshū nembutsu (el rezo como única vía para alcanzar la Tierra Pura), apartándose de la corriente anterior (shōdo mōn, basada en el esfuerzo y formación individual como vía), pero en cualquier caso desde entonces existe una estrecha relación entre el Tōdai-ji y el Budismo Jōdo.

Originalmente, en el lugar donde se alza hoy el pabellón Sashizu-dō había un pabellón de la era Heian llamado Chūmon-dō, que fue incendiado en 1567 por la guerra entre los clanes Miyoshi y Matsunaga, al igual que el Pabellón del Gran Buda y durante largo tiempo no se realizó ninguna nueva construcción en el lugar. Cerca de cien años después, ya entrado en Período Edo, junto con el impulso que aportaba la tercera construcción del Pabellón del Gran Buda, comenzaron a edificarse en esta zona una serie de oficinas para la reconstrucción, como el Kanjin-sho. En aquella ocasión se levantó una construcción en cuya entrada había un gran tablón con esquemas dibujados, donde se indicaban las instrucciones (Sashizu) para la reconstrucción del Pabellón del Gran Buda, y este es el origen del nombre actual de Sashizu-dō. En 1791, debido a un tifón, este pabellón se desmoronó pero poco después un grupo de fieles de la rama budista Jōdo formalizó una petición ante el Tōdai-ji para reconstruirlo y, movido por el fervor de estos fieles, se procedió a la reconstrucción, que finalizó en 1852 dando lugar al edificio del Sashizu-dō actual.

Aparte, en el Sashizu-dō se ha habilitado un lugar donde se puede practicar el copiado de sutras.

Con ocasion de ceremonias u otros eventos, hay días en que esta actividad no es posible. Por favor, consulte con antelación.

Teléfono0742-22-5511 Oficinas del Tōdai-ji Sobre el copiado de sutras o el dibujo de figuras budistas, consulte aquí

Kanjin-sho.

Fuente: Página oficial.

Caminando paralelamente al muro de piedra que discurre por detrás del Pabellón del Gran Buda en dirección Oeste, se llega al Pabellón Sashizu-dō. Si luego se continua en dirección Oeste, a mano izquierda se llega a un recinto rodeado por una pared de barro, el llamado Kanjin-sho, que se compone de un torreón para la campana y otros edificios, entre los que destacan el Kōkei-dō, el Amida-dō y el Hachiman-den. En los años del Período Edo en que tuvo lugar la reconstrucción del Pabellón del Gran Buda, el monje Kōkei hizo construir este complejo como cuartel general desde el que dirigir los trabajos y coordinar los donativos, dándole el nombre de Kanjin-sho. En el Hachiman-den que se emplaza al fondo del complejo se encuentra alojada la estatua sedente de la deidad sintoísta Hachiman vestida con hábitos de monje (Tesoro Nacional), que fue esculpida en 1201 por el artista especializado Kaikei. El detallismo de los ojos rasgados apuntando levemente hacia arriba o de los pliegues en torno a las comisuras de los labios le dan una apariencia de gran realismo, sin perder por ello el aura de autoridad y poderío propia de las divinidades.

Por otra parte, se dice que la estatua de Amida meditando durante cinco Kalpas (Propiedad Cultural Significativa) fue traída por Chōgen a la vuelta de su viaje a la China de los Song. Su aspecto general, con el rostro carnoso, los ojos y boca de pequeño tamaño, así como la postura en que está sentado, nos recuerda al de un niño.

Por último, en el Kōkei-dō se encuentra la estatua sedente del monje Kōkei (Propiedad Cultural Significativa), dedicada a aquel hombre que tantos esfuerzos realizó por la reconstrucción del templo. Estas tres esculturas solamente se exhiben al público el 5 de octubre de cada año en la ocasión llamada Tegai-e.

Kaidan-dō (en el Kaidan-in).

Propiedad Cultural significativa.

Fuente: Página oficial.

El monje chino Jian Zhen (en japonés, Ganjin) llegó a Japón en el año 754 y fue el primero en introducir en Japón preceptos budistas en su forma correcta. En aquella ocasión, la plataforma de tierra frente al Pabellón del Gran Buda, en la que personalidades como el emperor Shōmu y su hija, la emperatriz Kōken habían recibido el ordenamiento budista, fue trasladada a este lugar, donde se construlló un pabellón para las ordenaciones, el Kaidan-dō, como parte de un complejo mayor, el Kaidan-in donde, poco después, comenzaron a tomar los votos un gran número de monjes. El complejo original fue totalmente destruido por el fuego en el año 1180 y la reconstrucción efectuada en el Período Kamakura a cargo de los monjes Chōgen y Saigyō se incendió en 1446. Los edificios del Kaidan-in que se reconstruyeron durante el Período Edo y que son los únicos que se conservan son los pabellones Senju-dō, Kaidan-dō (Propiedad Cultural Significativa de la Prefectura) y el edificio donde se preparan las comidas de los monjes.

Los Cuatro Reyes Divinos del Kaidan-in.

Tesoros Nacionales, Siglo VIII.

Fuente: Página oficial.

Los Cuatro Reyes Divinos son deidades protectoras que vigilan los cuatro puntos cardinales. Su adoración en Japón comenzó durante el Período Asuka (siglo VII d.C.), y este conjunto de cuatro estatuas es una de las obras maestras más conocidas del arte del Período Nara.

Ruinas del Pabellón de Enseñanzas.

Fuente: Página oficial.

Dispersas sobre la hierba del lado Norte del Pabellón del Gran Buda se pueden ver unas piedras alineadas de gran tamaño, que formaban la base de los pilares de un edificio. Es el lugar donde se erigía el Gran Pabellón de Enseñanzas del Tōdai-ji que, desde los tiempos de su fundación en el Período Nara, fue pasto de las llamas hasta tres veces, sin que haya sido reconstruido desde la última vez que ardió.

Puerta Tegai-mon.

Tesoro Nacional, Siglo VIII.

Fuente: Página oficial.

Este imponente portón de puerta única y dos conjuntos de cuatro pilares a cada lado, formando sendos cuadriláteros con una abertura de similar tamaño en el centro, es la única estructura de todo el Tōdai-ji que permite evocar la arquitectura budista que tenía el complejo religioso en el siglo VIII. Debido a que daba a la avenida Sahoji de la antigua Nara, se le daba también el nombre de “Puerta de Sahoji” y debido a la leyenda de que en ella se emboscó el guerrero Taira no Kagekiyo para esperar la llegada del shōgun Minamoto no Yoritomo e intentar matarle, se le ha llamado también “Puerta de Kagekiyo”.

Shōsō-in.

Fuente: Página oficial.

Caminando hacia el Norte desde el frontal del Kanjin-sho y dejando un estanque a mano izquierda, se llega al Shōsō-in, que sirve como almacén del templo. En las salas del norte y del centro se guardan las preciadas posesiones del emperador Shōmu, mientras que en la del sur se almacenan todo tipo de utensilios empleados en las ceremonias anuales del Tōdai-ji. El conjunto recibe el nombre de “los tres almacenes”, pero ya no es parte del complejo del templo, sino que se encuentra bajo la jurisdicción de la Agencia de la Casa Imperial.

 




 

 

 

Fuente: https://www.todaiji.or.jp/es/